sentada en el anden
Mi cuerpo tiembla y puedo ver
que a lo lejos silba el viejo tren
como sombra del ayer
No sera facil ser
de nuevo un solo corazon
siempre habia sido una mitad
sin saber mi identidad
No llevare ninguna imagen de aqui
me ire desnuda igual que naci
debo empezar a ser yo misma y saber
que soy capaz y que ando por mi pie
Desde mi libertad
soy fuerte porque soy volcan
nunca me enseñaron a volar
pero el vuelo debo alzar.
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar al hijo del fondo de la tierra.
Fui sólo como un túnel. De mí huían los pájaros,
y en mí la noche entraba en su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia!
¡Ah las rosas del pubis! ¡ Ah tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue y el dolor infinito.
Mi cuerpo tiembla y puedo ver
que a lo lejos silba el viejo tren
como sombra del ayer
No sera facil ser
de nuevo un solo corazon
siempre habia sido una mitad
sin saber mi identidad
No llevare ninguna imagen de aqui
me ire desnuda igual que naci
debo empezar a ser yo misma y saber
que soy capaz y que ando por mi pie
Desde mi libertad
soy fuerte porque soy volcan
nunca me enseñaron a volar
pero el vuelo debo alzar.
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar al hijo del fondo de la tierra.
Fui sólo como un túnel. De mí huían los pájaros,
y en mí la noche entraba en su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia!
¡Ah las rosas del pubis! ¡ Ah tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue y el dolor infinito.
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