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Ha recibido el premio 'Garrota del Pastor' tras dirigir la ruta trashumante más larga de Europa.
Jamás pensó Primitivo Rodríguez que a sus 66 años fuera a recibir un reconocimiento a toda una vida dedicada al pastoreo, como el que tuvo el pasado fin de semana en Segovia. Allí, la Asociación Segoviana de Amigos de las Cañadas (ASAC) le hizo entrega de su premio anual 'Garrota del Pastor', después de dirigir el pasado año un rebaño de 2.200 ovejas merinas desde Campanario al municipio burgalés de Tolbaños de Arriba, en lo que ha sido considerada la ruta trashumante más larga de Europa.
El pastor, que ha dedicado toda su vida a ese oficio, partió el 13 de junio del municipio pacense Campanario y llegó el 16 de julio a la sierra de la Demanda (Burgos) tras recorrer durante 34 días más de 600 kilómetros por seis provincias españolas y tres cañadas reales.
Una iniciativa que partió de la Asociación Concejo de la Mesta y la DOP Queso de la Serena, con el objetivo de promover la recuperación de las vías pecuarias y la puesta en valor de la oveja merina como raza autóctona productora de leche para la elaboración de las afamadas tortas de La Serena.
Nacido en el municipio salmantino de Villaflores y criado en las dehesas de Villanueva del Fresno.
Badajoz), Primitivo reside actualmente en la localidad pacense de Torremejía. Es mayoral de la ganadería de Ricardo Quintana en Campanario y, como admite, este premio no es sólo para él. «Desde luego que estoy emocionado con esta garrota que me han dado, aunque este premio es algo que quiero compartir con el equipo que me acompañó durante esos días en la ruta. Además se lo dedico a mis antepasados, pues yo ya hacía la trashumancia en el vientre de mi madre».
Primitivo recuerda esta ruta como una «experiencia inolvidable» y sobre todo valora el que se hiciera en pleno contacto con la naturaleza. Así, rememora que tuvieron que atravesar montañas, en ocasiones sin rumbo fijo, debido a la desaparición de las cañadas reales. Sin embargo, el sentido de la orientación les permitió recuperar la senda marcada con el rebaño. También se toparon con lobos, con jabalíes o con venados, pero lo importante es que «durante unos días mantuvimos viva la trashumancia.
De ahí que haga un llamamiento a las nuevas generaciones para que mantengan esta tradición y valoren la profesión de pastor, «que ya no es tan esclava como antes».
Primitivo Rodríguez al frente del rebaño el día que inició la ruta trashumante desde Campanario, foto.
Jamás pensó Primitivo Rodríguez que a sus 66 años fuera a recibir un reconocimiento a toda una vida dedicada al pastoreo, como el que tuvo el pasado fin de semana en Segovia. Allí, la Asociación Segoviana de Amigos de las Cañadas (ASAC) le hizo entrega de su premio anual 'Garrota del Pastor', después de dirigir el pasado año un rebaño de 2.200 ovejas merinas desde Campanario al municipio burgalés de Tolbaños de Arriba, en lo que ha sido considerada la ruta trashumante más larga de Europa.
El pastor, que ha dedicado toda su vida a ese oficio, partió el 13 de junio del municipio pacense Campanario y llegó el 16 de julio a la sierra de la Demanda (Burgos) tras recorrer durante 34 días más de 600 kilómetros por seis provincias españolas y tres cañadas reales.
Una iniciativa que partió de la Asociación Concejo de la Mesta y la DOP Queso de la Serena, con el objetivo de promover la recuperación de las vías pecuarias y la puesta en valor de la oveja merina como raza autóctona productora de leche para la elaboración de las afamadas tortas de La Serena.
Nacido en el municipio salmantino de Villaflores y criado en las dehesas de Villanueva del Fresno.
Badajoz), Primitivo reside actualmente en la localidad pacense de Torremejía. Es mayoral de la ganadería de Ricardo Quintana en Campanario y, como admite, este premio no es sólo para él. «Desde luego que estoy emocionado con esta garrota que me han dado, aunque este premio es algo que quiero compartir con el equipo que me acompañó durante esos días en la ruta. Además se lo dedico a mis antepasados, pues yo ya hacía la trashumancia en el vientre de mi madre».
Primitivo recuerda esta ruta como una «experiencia inolvidable» y sobre todo valora el que se hiciera en pleno contacto con la naturaleza. Así, rememora que tuvieron que atravesar montañas, en ocasiones sin rumbo fijo, debido a la desaparición de las cañadas reales. Sin embargo, el sentido de la orientación les permitió recuperar la senda marcada con el rebaño. También se toparon con lobos, con jabalíes o con venados, pero lo importante es que «durante unos días mantuvimos viva la trashumancia.
De ahí que haga un llamamiento a las nuevas generaciones para que mantengan esta tradición y valoren la profesión de pastor, «que ya no es tan esclava como antes».
Primitivo Rodríguez al frente del rebaño el día que inició la ruta trashumante desde Campanario, foto.
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