Puede ser que el recuerdo, desvirtúe la realidad, y que además la motifique en el beneficio propio. Es posible, por tanto, que no seas tan bella como apareces en el centro de mi imaginación, tercamente convulsa. Puede ser que no tengas un glosario de muertes en tus curvas ni una hueste de imanes concitando mil gatos en tus pechos. En fin, puede ser que tu cuerpo, aun siento una manzana newtoniana, no tengo el atractivo de la Gravitación Universal. O si, quién sabe.
Lo que es indiscutible es que es indiscutible es que hay un hombre como yo que, adicto a la belleza, no ha logrado jamás, desvincularte de sus sueños. Ni va lograrlo ahora porque sigue soñándote con una nocturnidad actualizada y con una creciente alovosía.
Una bonita poesía de amor corazón de melón oh.
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