Juan Antonio Marmelo Resmella repitió su hazaña del pasado año cuando recorrió cerca de 50 kilómetros para coger espárragos. Harto de buscar sin éxito por campos cercanos a San Vicente de Alcántara, donde reside, y Alburquerque, su pueblo de nacimiento, donde la crisis ha provocado que más gente que nunca salga a recoger espárragos para vender en restaurantes o comer durante días en sus propios domicilios, Juan Antonio decidió echarse al monte e ir a lo seguro, a lugares lejanos donde nadie busca este preciado fruto de la tierra. A las 4 de la madrugada partió a pie de Alburquerque en dirección hacia Villar del Rey, un total de 18 kilómetros, a donde llegó pasadas las 6.30 horas y tomó un café para enfilar en dirección a Badajoz. Cerca de las 8 de la mañana, cuando empezaba a clarear, se apartó de la carretera y, campo a través, comenzó la tarea. A diferencia de lo que ocurre en las cercanías de los pueblos de la comarca, donde hay abundantes esparragueras pero con los frutos ya cortados, Marmelo encontró espárragos que sobresalían por encima de la planta. Y empezó a recolectar hasta 8 y 9 ejemplares en cada una. Impresionante Al llegar a Zapatón giró en dirección a Alburquerque y fue por aquellos campos lejanos, cerca de la vieja cantina ahora cerrada, donde se 'puso las botas', como él mismo dice. La mochilla que llevaba a la espalda no tardó en llenarse. Unos 6 kilos de espárragos bien atados con una cuerda. Y aún le quedaban casi 18 kilómetros para alcanzar el punto de partida. A partir de entonces tuvo que llevar un manojo que crecía por minutos. Al final, se trajo once kilos de espárragos, uno más que el pasado año. Llegó a Alburquerque un poco antes de las 10 de la mañana, seis horas después de la salida y sólo dos desde que comenzó a coger este alimento tan recomendado por sus propiedades diuréticas. A diferencia del mes de mayo del 2010, cuando realizó esta misma caminata, Juan Antonio no va a vender los espárragos. La economía está ahora un poco mejor y lo que hará en esta ocasión será picarlos y congelarlos para ir comiéndoselos en revueltos o tortillas. foto-Para hacerse con este gran manojo de espárragos, Juan Antonio anduvo cincuenta kilómetros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario