domingo, 8 de mayo de 2011

RECOMPENSA POR DOS ASNOS.



Pedro Mateos gratificará con 600 euros a quién encuentre a sus pollinos.
«A mi el dinero me da igual. Me los paga el seguro pero no son euros lo que quiero, sino mis animales». Casi con lágrimas en los ojos explica Pedro Mateos que lleva cerca de un mes con dificultades para dormir, apenado por el robo sufrido el 10 de abril. Se trata de dos de sus doce équidos. Concretamente Chaparra y Perdigón, sendos ejemplares de asno importados de Rumanía. Tal es el cariño que Mateos los tiene que está dispuesto a pagar 600 euros a la persona que le diga dónde están, o al menos que le de una certera pista para llegar hasta ellos.
Mateos explica que ha decidido recurrir a los medios de comunicación ante la infructuosa espera que literalmente lleva padeciendo desde hace cerca de un mes. «La Guardia Civil hace lo que puede, pero hasta ahora no hay nada», lamenta. Con documentación en la mano -número de chip, pasaporte, cartilla sanitaria,...- este vecino de Navalvillar recuerda cómo un domingo por la mañana, como todos los días, fue a pasar un rato con la decena de asnos y dos ponis que guarda en su finca. Estuvo bastante tiempo, jugando y dándoles de comer pan.
El lunes regresó y comprobó como habían roto la alambrada de la finca, llevándose a Perdigón, de dos años, y Chaparra, de poco más de uno, que además está preñada.
Se trata de asnos de raza mestiza, muy sociables y con una característica singular: los adultos no llegan a medir más de 85 centímetros de altura. Aunque Mateos tiene un trabajo fijo y además dos bares en Navalvillar, por afición se inició en la cría de este tipo de asnos. «Compré dos hembras y un macho, y así he ido criando al resto», rememora.
Aunque reconoce que algunos ejemplares los vende, es tal su cariño hacia ellos que en otros casos acaba regalándolos a familiares, para así tenerlos cerca. Además cuenta con una pequeña carroza con la que pasea a los niños por diferentes municipios de la zona. «Cuando me llaman de algún pueblo me llevo varios asnos y algún poni, así los voy cambiando para que no se cansen mucho», señala.
El apenado propietario insiste en que «es más el valor sentimental que el dinero», asegurando que «aunque les hayan quitado el microchip los conozco. Tan solo necesito que me digan donde están, voy, los reconozco y pago el dinero». Como cualquier buen ganadero asegura distinguir a sus animales del resto, tanto por sus rasgos como por su comportamiento. «Valdría solo con traerlos hasta la puerta de la finca y ver como reaccionan para saber que son ellos», asevera.
Las personas interesadas en colaborar pueden contactar con Pedro Mateos a través del teléfono 610 861 003.
Mateos en la finca abraza a dos de sus asnos-FOTO.

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