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Alumnos de secundaria aprenden a cocinar pizzas y pastas.
Ya no hay excusa para que los más jóvenes ayuden en casa a la hora de preparar la comida, y sobre todo, si el menú está compuesto por algunos de los alimentos que más les gustan. El aula de cocina municipal de Monesterio enseña durante este trimestre a sus alumnos la preparación de distintos platos de origen italiano elaborados a base de masas saladas. Pasta, pizzas y excelentes postres que algún día podrán elaborar en los restaurantes de las empresas en las que sean contratados, o en sus propios fogones, si se deciden por ser dueños de su futuro laboral.
Mientras llega ese momento han elegido como 'conejillos de indias' a quienes más entienden de este tipo de comida. Así, gracias a la colaboración de la Unidad Municipal de Formación 'Las Moreras' y el Instituto de Educación Secundaria Maestro Juan Calero, los alumnos del aula de cocina se convierten por unos días, en los maestros cocineros de diferentes grupos de jóvenes estudiantes de Secundaria, quienes acuden al aula con la intención de aprender a cocinar un menú que ellos mismos elaborarán y que después será el almuerzo de la mañana.
Juan Luis Rodríguez, encargado de la formación de este grupo de cocineros, explica que «tanto la pizza, como la pasta, son platos muy agradecidos, pues se pueden combinar con todo tipo de alimentos». Del mismo modo, Juan Luis expone que en ambos casos, el resultado final dependerá de la calidad de los ingredientes que forman la base de su elaboración; que en el caso que nos ocupa, no pueden tener mejor origen.
Después de pasar un par de horas en la cocina siguiendo atentamente las instrucciones de sus monitores, llega el momento de sentarse en el comedor del aula a degustar los platos que forman parte de tan especial menú. Así finaliza la colaboración de los alumnos del curso de cocina y la de sus jóvenes discípulos. El almuerzo se abre con un primero, a base de pastas artesanales acompañadas de salsas carbonara o boloñesa, seguido de una suculenta pizza extremeña. La cata se cierra con la degustación de panacota o tiramisú de limón.
La pizza extremeña
En la confección de la modalidad de pizza que aprenden a elaborar los jóvenes estudiantes de secundaria, el secreto no solo está en la masa. Harina de trigo, levadura y aceite de oliva del que se produce en las cooperativas de la comarca son los elementos básicos para la elaboración de la plataforma sobre la que se verterán deliciosos ingredientes propios de nuestra tierra. Después, sobre una base del delicioso tomate que se cultiva y se transforma en Extremadura, espinaca fresca, piñones, queso del Casar y jamón de Monesterio. Diez minutos en el horno, y lista para ser degustada por niños y mayores. Y es que «a esos ingredientes no hay paladar que se resista», afirma Juan Luis. Como muestra, la gratitud de estos grupos de adolescentes, a los que aún les sabe más rica, después de haberlas elaborado con sus propias manos.
Alumnos haciendo la masa, foto.
Ya no hay excusa para que los más jóvenes ayuden en casa a la hora de preparar la comida, y sobre todo, si el menú está compuesto por algunos de los alimentos que más les gustan. El aula de cocina municipal de Monesterio enseña durante este trimestre a sus alumnos la preparación de distintos platos de origen italiano elaborados a base de masas saladas. Pasta, pizzas y excelentes postres que algún día podrán elaborar en los restaurantes de las empresas en las que sean contratados, o en sus propios fogones, si se deciden por ser dueños de su futuro laboral.
Mientras llega ese momento han elegido como 'conejillos de indias' a quienes más entienden de este tipo de comida. Así, gracias a la colaboración de la Unidad Municipal de Formación 'Las Moreras' y el Instituto de Educación Secundaria Maestro Juan Calero, los alumnos del aula de cocina se convierten por unos días, en los maestros cocineros de diferentes grupos de jóvenes estudiantes de Secundaria, quienes acuden al aula con la intención de aprender a cocinar un menú que ellos mismos elaborarán y que después será el almuerzo de la mañana.
Juan Luis Rodríguez, encargado de la formación de este grupo de cocineros, explica que «tanto la pizza, como la pasta, son platos muy agradecidos, pues se pueden combinar con todo tipo de alimentos». Del mismo modo, Juan Luis expone que en ambos casos, el resultado final dependerá de la calidad de los ingredientes que forman la base de su elaboración; que en el caso que nos ocupa, no pueden tener mejor origen.
Después de pasar un par de horas en la cocina siguiendo atentamente las instrucciones de sus monitores, llega el momento de sentarse en el comedor del aula a degustar los platos que forman parte de tan especial menú. Así finaliza la colaboración de los alumnos del curso de cocina y la de sus jóvenes discípulos. El almuerzo se abre con un primero, a base de pastas artesanales acompañadas de salsas carbonara o boloñesa, seguido de una suculenta pizza extremeña. La cata se cierra con la degustación de panacota o tiramisú de limón.
La pizza extremeña
En la confección de la modalidad de pizza que aprenden a elaborar los jóvenes estudiantes de secundaria, el secreto no solo está en la masa. Harina de trigo, levadura y aceite de oliva del que se produce en las cooperativas de la comarca son los elementos básicos para la elaboración de la plataforma sobre la que se verterán deliciosos ingredientes propios de nuestra tierra. Después, sobre una base del delicioso tomate que se cultiva y se transforma en Extremadura, espinaca fresca, piñones, queso del Casar y jamón de Monesterio. Diez minutos en el horno, y lista para ser degustada por niños y mayores. Y es que «a esos ingredientes no hay paladar que se resista», afirma Juan Luis. Como muestra, la gratitud de estos grupos de adolescentes, a los que aún les sabe más rica, después de haberlas elaborado con sus propias manos.
Alumnos haciendo la masa, foto.
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