Humedecemos la cabeza con agua a temperatura del cuerpo, aplicamos un champú acorde para ese cabello, no demasiado, pués el primero nunca nos saldrá espuma casi, frotaremos dando masajes en distintas direcciones con las yemas de los dedos, nunca con las uñas, aclaramos y repetimos la operación. Al segundo champú saldrá más espuma, porque a desaparecido parte de la grasa, masajeamos de nuevo y aclaramos si vamos a poner crema no aclaramos del todo. La crema debemos ponerla solo en los largos y puntas, de lo contrario nos dará grasa al cuero cabelludo. aclarar no excesivamente para que nos quede la suavidad de esa aplicación. secar suavemente, sobre todo a los niños. En segundo lugar procederemos al marcado. Yo no soy partidaria del peinado a mano con secador y cepillo, aunque desde un tiempo acá, es lo que más se practica. pero dependiendo con quién te toque, y...en mi opinión particular, eso es un suplicio para la cabeza, yo no lo aguanto. Solamente una vez...y nada más, como dice aquella canción...una vez nada más brilló la esperanza...y no me lo vuelvo hacer, porque los tirones y quemazones con el secador, para mí, insoportables. Normalmente me lo hago yo siempre, como a mí.
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Las pasarelas de moda muestran para sus futuras colecciones no solo diseños novedosos sino que además podemos ver en los modelos que lucen estos diseños que sus cabezas lucen además peinados mucho más desenfadados y con un estilo “despeinado” que podría tener mucha repercusión el año que viene.
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