Los hobbits son un pueblo pacífico. Aman, por encima de todo, la tranquilidad, los encantos de la naturaleza, la vida contamplativa, los placeres sencillos: comer bien, fumar en pipa, no dar golpe, ni siquiera, por supuesto, en una pelea.
Entre los hobbits, sin embargo, hay un garbanzo negro. No lo sabe ni siquiera él mismo, pero por sus venas circulan unas gotas de sangre aventurera y eso le va a convertir en héroe... y en la vergüenza nacional del pueblo de los hobbits.
El muchacho se llama Bilbo y, para él, todo empezó cuando el mago Gandalf lo eligió para que acompañase a los enanos y los capitaneara en la gran empresa de recuperar el tesoro que el dragón Smaug les había arrebatado, después de arrasar su ciudad y matar a casi todos sus habitantes.
Bilbo no tiene más remedio que lanzarse a la arriesgada aventura, cruzar tierras solitarias, superar infinidad de pruebas, enfrentarse al terrible Smaug, combatir con lobos y trasgos...
Entre los hobbits, sin embargo, hay un garbanzo negro. No lo sabe ni siquiera él mismo, pero por sus venas circulan unas gotas de sangre aventurera y eso le va a convertir en héroe... y en la vergüenza nacional del pueblo de los hobbits.
El muchacho se llama Bilbo y, para él, todo empezó cuando el mago Gandalf lo eligió para que acompañase a los enanos y los capitaneara en la gran empresa de recuperar el tesoro que el dragón Smaug les había arrebatado, después de arrasar su ciudad y matar a casi todos sus habitantes.
Bilbo no tiene más remedio que lanzarse a la arriesgada aventura, cruzar tierras solitarias, superar infinidad de pruebas, enfrentarse al terrible Smaug, combatir con lobos y trasgos...
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