Todo empezó en una discusión sobre la posibilidad de dar la vuelta al mundo en ochenta días en el Reform Club de Londres, como podemos imaginar era la típica discusión inglesa en la que solo podían participar los hombres.
En ella se entablaba el tema de la imposibilidad de realizar dicho viaje en tan breve periodo de tiempo, pero era una discusión desigualada porque solo había un defensor de la idea; Phileas Fogg, defensor hasta el punto de apostar toda su fortuna a que era capaz de realizar semejante hazaña. La apuesta se acepto, y emprendió el viaje con su nuevo criado francés llamado Picaporte.
Durante los primeros días del viaje todo sen presentaba muy favorable, pero con la llegada al Cairo apareció la primera contrariedad, porque se encontraron con el detective Flix, el cual había confundido a Fogg con un ladrón que había robado cincuenta y cinco mil libras al banco de Inglaterra. Este va siguiendo a Fogg y a su criado por todos los lugares que recorren, pero con la mala suerte de no recibir nunca a tiempo la orden de detención.
De este modo llegan a Bombay, después de hacer tiempo por la ciudad, subieron al convoy del tren que les correspondía para llegar a Calcuta, pero se encontraron con que la vía del tren no estaba acabada. Necesitaban llegar a Hong-Kong el día veinticinco y estaban a veintidós. Ante tal imprevisto Fogg decidió comprar un elefante con el que prosiguieron el viaje junto a un viejo general que llevaba la misma dirección que ellos y un guía parsi. Tras un rescate peligroso por romper ciertas tradiciones locales llegaron a Calcuta acompañados de la joven que rescataron, la bella y joven viuda Aouda.
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