miércoles, 9 de junio de 2010

EL GATO CON BOTAS,.


Érase una vez...” un viejo molinero, que, al morir, repartió sus escasas posesiones entre sus tres hijos. Al pequeño sólo le correspondió un gato. El pobre heredero se sentía muy desgraciado porque pensaba que, con lo recibido, sólo podía satisfacer su hambre de un día, comiéndose al gato, y aprovechar su piel para hacerse unos manguitos.
Pero el animal le propone salir de la miseria desplegando su inteligencia. Se calza unas botas para caminar, se cuelga un saco al hombro para guardar el botín, y sale a cazar. Cada pieza que cobra se la ofrece al rey de la comarca, en nombre de su amo “el marqués de Carabás”.
Un día, conocedor de que el Rey va a salir a pasear con su hermosa hija, finge que su amo se está ahogando y que unos ladrones le han robado la ropa. El Rey manda socorrerlo y le da unos ricos vestidos suyos para cubrirse. Como es bien parecido, en seguida, entre la princesa y él se intercambian miradas de enamorados.
No lejos de allí habita un horrible ogro, dueño de todas las tierras de la comarca, a cuyos habitantes tiene aterrorizados. El gato se dirige a su castillo, y, con argucias, logra vencerlo y librar de su opresión a la comarca.

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