La historia termina con Bruno encaprichado con irse al campo de concentración y después volver a su hogar, en Berlín, con su hermana y su madre, tal como habían acordado su madre y su padre. Como aventura final, él consigue el pijama rayado gracias a Shmuel y pasa la alambraba, prometiendo ayudar a Shmuel a encontrar a su padre perdido y para explorar el interior de la verja y para jugar con otros niños y Shmuel. No logran esta tarea, y, además, empieza a llover y Bruno quiere irse a casa, pero la gente empieza a hacer una "marcha". Ninguno de los dos muchachos sabe dónde conduce esta marcha. Sin embargo, se aprietan en una casa hermética, donde empieza el caos, aún así no suelta la mano de Shmuel.El libro termina con los efectos de la desaparición de Bruno en su familia, y su padre que descubre la ropa de Bruno (la que se había quitado para ponerse el pijama) fuera de la cerca, mientras que deduce lo que le sucedió a su hijo.
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