Desafecto.Rebrota esta semana la polèmica entre un columnista y una diputada a cuenta de la valoraciòn que merecen nuestros polìticos.Les salen partidarios ambos y , como es costumbres aquì, a unos y a otros les damos su espacio, aunque justo es consignar que las adhesiones a la
critica del articulista superan, en mucho, a las que recibe la defensa de sus compañeros hecha por la parlamentaria.Si lo lectores de esta revista son representativos de la ciudadanìa de este paìs( lo que cientificamente es discutible, pero intuitivamente no resulta improbable), se reafirma la percepciòn de que nuestros representantes pùblicos no gozan del afecto general. Y quiza no sea ajeno a este sentimiento el apego de lo polìticos a sus privilegios, mientras otros pasan penurias, como señala otro lector.Por ejemplo: ¿ no preferirìa ese pueblo a cuya voluntad se debe que se gastara menos dinero en pesiones para gente en edad de trabajar y màs en seguridad para los guardias civiles?.(Se reafirma la percepciòn de que nuestros representantes pùblicos no gozan del efecto general).
critica del articulista superan, en mucho, a las que recibe la defensa de sus compañeros hecha por la parlamentaria.Si lo lectores de esta revista son representativos de la ciudadanìa de este paìs( lo que cientificamente es discutible, pero intuitivamente no resulta improbable), se reafirma la percepciòn de que nuestros representantes pùblicos no gozan del afecto general. Y quiza no sea ajeno a este sentimiento el apego de lo polìticos a sus privilegios, mientras otros pasan penurias, como señala otro lector.Por ejemplo: ¿ no preferirìa ese pueblo a cuya voluntad se debe que se gastara menos dinero en pesiones para gente en edad de trabajar y màs en seguridad para los guardias civiles?.(Se reafirma la percepciòn de que nuestros representantes pùblicos no gozan del efecto general).
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