Ocurrió en un tren Franco Vaccarini El guarda Terminán Temente, de bigote gris, gorra gris y responsable del tren con destino Buenos Aires – Miramar, gritó como para que lo escucharan todos los pasajeros del vagón: -¿Está terminantemente prohibido girar los asientos giratorios! Dicho esto, sonrió feliz de ver la cara de sorpresa de los pasajeros. Se sintió tan satisfecho que decidió agregar: -¿También están prohibidas un montón de cosas más! -¿Qué otras cosas? –preguntó un pasajero, angustiado. Con autoridad, el señor Terminán Temente rugió: -¿Todo movimiento giratorio está prohibido, incluso revolver el azúcar del café con la cucharita, porque os asientos giratorios se ponen celosos de que otras cosas puedan girar, y ellos, no! La pasajera dora preguntó: ¿Para qué hicieron giratorios, entonces? ¿No es como darles calas a un pájaro y no dejarlo volar? El guardián Terminán Temente respondió: ¿Acaso no dicen que la tierra gira alrededor del sol? ¿Usted la vio girar alguna vez? ¿Yo no? ¡Y nadie se queja! La pasajera Cora, profesora de geografía, salió en defensa de la pasjera Dora, al decir: -¡Claro que gira la Tierra, aunque no nos demos cuenta. ¡O por qué creee que existen el día y la noche? ¡Acaso usted puede ver como crece una flor? ¡No! Y , sin embargo, las flores crecen, la tierra gira y usted, señor guarda, nunca se entera de nada.
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