
Los caramelos del alma son como el sabor de la vida en saber descubrir momentos dulces del mañana. Pero los ojos me parece dormidos sin encontrar el olor de las rosas. Al caer la tarde solo me que el recuerdo de aquellos caramelos dados por aquel hombre que sabia demasiado de la vida.
Los niños son como el pensamiento imaginado de tener el futuro entre juegos o caramelos regalados por las madres de saber quererlos en cada minuto. El adiós me hace escribir poesías sobre caramelos caídos del cielo que son como la lluvia del ayer. Los poetas son como rosas pasajeras de pintar besos con sabores diferentes de vivir una historia llena de grandes aventuras. Las manos saben ganar el tiempo decir hasta pronto
a los caramelos del alma.
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