Cualquier día de verano. Visto un pantalón deportivo estrecho que hace remarcar todo mi paquete y una camiseta pegadita a mi pecho. Tengo que ir lejos de donde estoy ahora y por eso tengo que coger el metro.
Es primera hora del día y por eso no hay nadie en el vagón cuando yo subo. Sólo puedo distinguir a una persona, es una chica. Me acerco a ella por curiosidad. A medida que me acerco puedo ir notando que parece guapa y por su perfil parece tener buen pecho. Así que decido sentarme en frente de ella.
Al sentarme puedo darme cuenta que esta dormida. Viste ropa excesivamente estrecha y una mini falda, si se le puede llamar falda a eso tan corto. Debido a su sueño profundo no se da cuenta que tiene las piernas ligeramente abiertas. No puedo resistirme y miro a su interior. Me tiembla el cuerpo cuando veo que no lleva braguitas.
Durante cinco minuto no hago más que mirar esa marhace que se despierte con esa imagen delante de suyo.
Puedo apreciar en su cara una agradable sonrisa y una excitante mirada de placer. Con el metro averiado dentro del túnel me vuelvo a sentar. Ella no para de mirar fijamente mi paquete y eso hace que me excite todavía más. No lo puedo evitar y me lo toco para colocarlo bien. Veo que le gusta y me quedo con la mano tocando mi tronco. Puedo ver sus intenciones cuando abre ligeramente sus piernas y me devuelve mi favor tocándose ella su sexo.
Creo que voy a explotar y doy el primer paso definitivo. Me bajo ligeramente los pantalones para que se me vea el glande, que ahora esta rojo y a punto de explotar. A lo que ella responde subiendo ligeramente la faldita, lo justo para que pueda ver su conejito sin necesidad de agacharme, y con una mirada que da a entrever lo que está a punto de pasar.
avilla de la humanidad, debido a lo cual mi miembro empieza a tomar medidas descomunales, que a causa de mi camiseta estrecha y corta y a mis pantalones también estrechos no puedo ocultar.
Intento ponerme de pie para poner bien mi ya erecto pene en el pantalón para que no se note mucho, cuando de repente el metro frena de golpe en medio del túnel y mi elemento va a parar directamente a su cara.
Es primera hora del día y por eso no hay nadie en el vagón cuando yo subo. Sólo puedo distinguir a una persona, es una chica. Me acerco a ella por curiosidad. A medida que me acerco puedo ir notando que parece guapa y por su perfil parece tener buen pecho. Así que decido sentarme en frente de ella.
Al sentarme puedo darme cuenta que esta dormida. Viste ropa excesivamente estrecha y una mini falda, si se le puede llamar falda a eso tan corto. Debido a su sueño profundo no se da cuenta que tiene las piernas ligeramente abiertas. No puedo resistirme y miro a su interior. Me tiembla el cuerpo cuando veo que no lleva braguitas.
Durante cinco minuto no hago más que mirar esa marhace que se despierte con esa imagen delante de suyo.
Puedo apreciar en su cara una agradable sonrisa y una excitante mirada de placer. Con el metro averiado dentro del túnel me vuelvo a sentar. Ella no para de mirar fijamente mi paquete y eso hace que me excite todavía más. No lo puedo evitar y me lo toco para colocarlo bien. Veo que le gusta y me quedo con la mano tocando mi tronco. Puedo ver sus intenciones cuando abre ligeramente sus piernas y me devuelve mi favor tocándose ella su sexo.
Creo que voy a explotar y doy el primer paso definitivo. Me bajo ligeramente los pantalones para que se me vea el glande, que ahora esta rojo y a punto de explotar. A lo que ella responde subiendo ligeramente la faldita, lo justo para que pueda ver su conejito sin necesidad de agacharme, y con una mirada que da a entrever lo que está a punto de pasar.
avilla de la humanidad, debido a lo cual mi miembro empieza a tomar medidas descomunales, que a causa de mi camiseta estrecha y corta y a mis pantalones también estrechos no puedo ocultar.
Intento ponerme de pie para poner bien mi ya erecto pene en el pantalón para que no se note mucho, cuando de repente el metro frena de golpe en medio del túnel y mi elemento va a parar directamente a su cara.
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