domingo, 31 de octubre de 2010

CORRER EL MARATÓN DE NUEVA YORK.


En general los días previos en NY sirvieron para sumergirse por completo en el evento que supone el maratón y seguir alucinando con la ciudad y la implicación total del neoyorkino con esta fiesta. Por la calle, en cualquier comercio, en los restaurantes, rápido te preguntaban que si habías venido por el maratón, te deseaban intensamente mucha suerte y demostraban cierta cultura maratoniana al interesarse por el tiempo previsto, yo alucinaba. Sólo un ejemplo, el transfer del aeropuerto al hotel lo hicimos con un chofer que incluso se apuntó mi número de dorsal para poder consultar mi resultado después de la carrera.

El viernes por la mañana fuimos a la feria del corredor. Mi condición de debutante me impide tener una referencia para comparar la de NY con cualquier otra, pero puedo asegurar que es impresionante. Existe un circuito de autobús puesto por la organización e incluído en el precio de la inscripción al maratón que recorre las calles en las que están los hoteles de la zona de Times Square, creo que había algun recorrido más, pero a nosotros nos venía bien este. Cada diez minutos tienes un autobús. Nos subimos y hacia el Javits Center. Coincidimos con una pareja de mexicanos, ella espectadora y el en su sexto o séptimo maratón, ah, y padres de cinco hijos.Quizás lo más destacable de la feria es la capacidad de organización, uno piensa que con 40.000 corredores, teniendo en cuenta que la mayoría llegamos procedentes de todo el mundo entre el viernes y el sábado, el mogollón que se puede formar es de escándalo. Sin embargo, lo tienen montado de tal manera que a penas esperas ninguna cola. Efectivamente ves una cantidad de gente brutal, pero todo está dispuesto de tal manera que nunca tienes la sensación de estar haciendo cola, todo fluye. La única espera que tuvimos fue para pagar los productos oficiales del maratón que no pude evitar comprarme.Primero te identificas con el pasaporte y te dan tu dorsal y tu chip, en cuanto lo tienes, ya con su color (el mío era verde), el número…te das cuenta de que sí, estás haciendo turismo, pero con el detalle de que en un momento u otro tendrás que recorrer 42 km y 195m, y además yo no tenía ni idea de cómo reaccionaría mi cuerpo. Pero según estás dándote cuenta de eso, uno de los numerosísimos voluntarios del maratón ya te está indicando hacia donde debes ir, como decía, no esperas colas, más bien lo contrario, no se te permite andarte parando y entorpeciendo el “trafico” de corredores ávidos de recoger su dorsal. Después te dan la bolsa del corredor, con camiseta, recuerdos varios y cosas de esas y pasas por un punto en el que compruebas que tu chip tiene bien grabados tus datos y funciona correctamente. Este punto es importante, ya que lo suyo es que si corres el maratón de NY al menos quede constancia oficial de ello y puedas contárselo a los nietos con cierto respaldo, no vaya a ser que no se crean que un día corrí en NY y viví para contarlo…CORRER EL MARATÓN DE NUEVA YORK (foto).

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