El desierto del Sahara o del Sáhara (formas igualmente válidas, pero con distinta acentuación y pronunciación),[1] es el desierto cálido más grande del mundo, con unos 9.065.000 km² de superficie.[cita requerida] Está localizado en el norte de África, separándola en dos zonas: el África mediterránea al norte y el África subsahariana al sur. Limita por el este con el mar Rojo, y por el oeste con el Océano Atlántico; en el norte con las montañas Atlas y el mar Mediterráneo. Tiene más de 2,5 millones de años. Su nombre deriva del árabe ṣaḥrāʾ صحراء (desierto). Se extiende por el territorio de los siguientes países: Argelia, Túnez, Marruecos (con las partes españolas), Sáhara Occidental, Mauritania, Malí, Níger, Libia, Chad, Egipto y Sudán, aunque se sabe que el Sahara se expande y contrae a ciclos regulares, de tal forma que sus fronteras con los distintos territorios son poco constantes.
Este desierto comparte frontera con casi todos los países del norte de África, donde predomina la cultura árabe. Las dunas comienzan muy cerca del Alto Atlas y se extienden hasta zonas tropicales más al sur. En las faldas del Atlas Marroquí (Alto Atlas), sólo hay vegetación unos metros más allá del curso de los pobres ríos. Sin embargo, ésta tiene un verdor intenso que contrasta con la arena circundante. Abundan las palmeras de dátiles. En ocasiones los oasis están canalizados, para garantizar el riego en las zonas de siembra. Muchas veces el agua no proviene de ríos, sino de acuíferos subterráneos a los que se accede mediante un pozo.
Se sabe que su composición es de grava, arena y dunas. Al contrario de lo que se cree, tres cuartas partes de este desierto son de grava, siendo la restante cuarta parte de arena y dunas.
Este desierto comparte frontera con casi todos los países del norte de África, donde predomina la cultura árabe. Las dunas comienzan muy cerca del Alto Atlas y se extienden hasta zonas tropicales más al sur. En las faldas del Atlas Marroquí (Alto Atlas), sólo hay vegetación unos metros más allá del curso de los pobres ríos. Sin embargo, ésta tiene un verdor intenso que contrasta con la arena circundante. Abundan las palmeras de dátiles. En ocasiones los oasis están canalizados, para garantizar el riego en las zonas de siembra. Muchas veces el agua no proviene de ríos, sino de acuíferos subterráneos a los que se accede mediante un pozo.
Se sabe que su composición es de grava, arena y dunas. Al contrario de lo que se cree, tres cuartas partes de este desierto son de grava, siendo la restante cuarta parte de arena y dunas.
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