El ex presidente sudafricano, a los 92 años, ha abierto por primera vez sus archivos más privados. Son pensamientos, notas apresuradas, reflexiones y hasta garabatos que fue tomando a lo largo de su vida. En ellos, este estadista fuera de serie, que fue capaz de liquidar el régimen racista de Sudáfrica y evitar una guerra civil, se muestra tal cual es.
Así es Nelson Mandela en las distancias cortas. El ex presidente sudafricano, de 92 años, ha abierto sus archivos privados y permite al mundo asomarse por primera vez a su intimidad, la de un estadista fuera de serie capaz de liquidar el régimen racista de Sudáfrica y evitar una guerra civil, pero también la de un hombre que tiene la grandeza de admitir que es uno más, con sus achaques, sus dudas, sus errores.
En ese archivo, Mandela guarda borradores de cartas, discursos y memorias. Toma notas (o hace garabatos) durante las reuniones, escribe sus diarios, anota sus sueños, lleva un control de su peso y su presión arterial, medita sobre sus experiencias, charla con amigos... Foto de Mandela.
No es el icono ni el santo que se encuentra por encima del resto de los mortales. Pero es Mandela en estado puro. Una selección se publica ahora (Conversaciones conmigo mismo, Planeta), prologada por Barack Obama y dedicada a su nieta Zenani, de trece años, fallecida el pasado verano en un accidente de tráfico cuando volvía del concierto de Shakira en vísperas del Mundial de Fútbol. El libro contiene algunos documentos de gran valor histórico, como los borradores de las cartas que envió a través de los censores de la cárcel.
Así es Nelson Mandela en las distancias cortas. El ex presidente sudafricano, de 92 años, ha abierto sus archivos privados y permite al mundo asomarse por primera vez a su intimidad, la de un estadista fuera de serie capaz de liquidar el régimen racista de Sudáfrica y evitar una guerra civil, pero también la de un hombre que tiene la grandeza de admitir que es uno más, con sus achaques, sus dudas, sus errores.
En ese archivo, Mandela guarda borradores de cartas, discursos y memorias. Toma notas (o hace garabatos) durante las reuniones, escribe sus diarios, anota sus sueños, lleva un control de su peso y su presión arterial, medita sobre sus experiencias, charla con amigos... Foto de Mandela.
No es el icono ni el santo que se encuentra por encima del resto de los mortales. Pero es Mandela en estado puro. Una selección se publica ahora (Conversaciones conmigo mismo, Planeta), prologada por Barack Obama y dedicada a su nieta Zenani, de trece años, fallecida el pasado verano en un accidente de tráfico cuando volvía del concierto de Shakira en vísperas del Mundial de Fútbol. El libro contiene algunos documentos de gran valor histórico, como los borradores de las cartas que envió a través de los censores de la cárcel.
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