EL HALCÓN CALLEJERO.

Jesse Mach había sido un cualificado oficial de la policía motorizada hasta que, en un enfrentamiento con unos traficantes de drogas, resultó gravemente herido. Mach logró recuperarse, pero una de sus rodillas quedó dañada. Al no poder reintegrarse al servicio activo, tuvo que aceptar un puesto en la unidad de relaciones públicas del departamento de policía. Norman Tutle, ingeniero del departamento de investigación del gobierno federal que conoce la osadía, destreza y mentalidad de piloto nato de Jesse, le habla de un nuevo prototipo de su invención; la moto llamada «El halcón callejero», y le propone un trato: Se someterá a una delicada operación que le garantiza la recuperación de su rodilla a cambio de formar parte de la «Operación Halcón Callejero», en la que no podrá revelar nunca su identidad. Jesse Mach acepta la proposición con todas las consecuencias.