viernes, 25 de febrero de 2011

CUPONERA CON DOBLE DE SUERTE.


Juliana Casasola reparte 40 cupones de la ONCE que dejan en Valdivia 1,4 millones de euros.

Juliana Casasola era ayer una mujer doblemente feliz. Por un lado, ya que fue la encargada de repartir 1,4 millones de euros en Valdivia y, por otro, ya que cogió también un 'pellizco' de esa suculenta lluvia de euros que cayó en esta población de las Vegas Altas eminentemente agrícola.
De hecho, esta entidad local menor dependiente de Villanueva de la Serena amaneció ayer inundada de júbilo, después de conocerse que Juli, la vendedora de la ONCE que se caracteriza por ir de un lado para otro con su inseparable bicicleta, había repartido cuarenta cupones del número 95.267. Unos cupones que resultaron agraciados con el premio a las cinco cifras en el sorteo del miércoles, a razón de 35.000 euros cada uno.
Juliana, que con éste entrega su primer gran premio tras ocho años en la ONCE, admite que está «muy repartido, ya que los vendí cupón por cupón y, además, a familias humildes». Una cuarta parte de estos cupones los vendió a trabajadores de la central hortofrutícola de Naturcrex, mientras que el resto fue a parar a clientes fijos que ella tiene y que le compran el cupón prácticamente a diario.
La vendedora también llevNo obstante, Juliana estaba todavía más contenta, ya que además de llevar la ilusión a unas cuarenta familias valdivianas, también pudo vivir la sensación que experimentan sus clientes, al quedarse con uno de los cupones agraciados. Un dinero que, como admite, le vendrá muy bien para pagar los estudios a sus dos hijos, con los que vive sola en Valdivia, después de quedarse viuda hace dos años.
Juli reconoce que este tipo de premios suponen una inyección de moral de cara a la venta, que «con la crisis está muy floja». De hecho, al estar en un pueblo agrícola, suele estar ya a las siete menos cuarto en el bar 'La Parada', donde desayunan muchos agricultores. A la hora del bocadillo se va a la Crex, y de ahí a la puerta del supermercado Tandy, desde donde emprende la vuelta a casa.
Suele terminar la jornada a las dos y media o tres del mediodía, sin embargo tanto sacrificio se compensa con momentos como los vividos ayer. «Ha sido mucha gente la que me lo ha agradecido e, incluso, en la Crex me querían hacer un regalo, pero les he dicho que no me dieran nada porque a mí también me ha tocado como a ellos».

Al menos, ayer la jornada la acabó en el bar 'La Parada', donde muchos de los agraciados la invitaron a unas rondas y la aclamaron al grito de '¡esa Juli, esa Juli....! Con el premio que repartió las ventas se incrementaron. Una tendencia que espera mantener, esperando que la suerte vuelva a tocar a su puerta.
La vendedora también Juliana Casasola con algunos de los agraciados, ayer en el bar 'La Parada' de Valdiviallevaba uno de los cupones agraciados con 35.000 euros,foto.

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