Tomar el papel con cautela, no vaya a ensimismarse.
Sostener el bolígrafo como quien sostiene un pincel,
con mucha levedad.
Empuñar el silencio y convertirlo en palabra.
Paladeando el verso, el ritmo, las imágenes,
el hombre que cruza con su sombra,
los paisajes perdidos, los que no conocistes,
las bocas cuyo umbral tu boca no ha alcanzado,
un fresco vendaval que se avecina.
Sin miedo, estás jugando,
todo vale en el cuarto de los juegos.
Escucha como huelen las palabras,
con que delicadeza te hieren vacilantes.
Escucha como el eco de las voces
oculta esa otra voz que eres tú mismo.
Sigue su curso y habla
en tu nombre y en el suyo,
en el nombre del hombre que nos sueña,
como si pudiera decir lo que siente,
como si pudiera
sentir lo que ahora escribes.
Sostener el bolígrafo como quien sostiene un pincel,
con mucha levedad.
Empuñar el silencio y convertirlo en palabra.
Paladeando el verso, el ritmo, las imágenes,
el hombre que cruza con su sombra,
los paisajes perdidos, los que no conocistes,
las bocas cuyo umbral tu boca no ha alcanzado,
un fresco vendaval que se avecina.
Sin miedo, estás jugando,
todo vale en el cuarto de los juegos.
Escucha como huelen las palabras,
con que delicadeza te hieren vacilantes.
Escucha como el eco de las voces
oculta esa otra voz que eres tú mismo.
Sigue su curso y habla
en tu nombre y en el suyo,
en el nombre del hombre que nos sueña,
como si pudiera decir lo que siente,
como si pudiera
sentir lo que ahora escribes.
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