miércoles, 16 de febrero de 2011

LA NUEVA GUERRA DE LAS CRUCES.


Los padres del 'Ortega y Gasset'reactivan su demanda de recuperar dos crucifijos en las aulas.

La tregua de Navidad y principios de año se da por concluida. La asociación de madres y padres (Ampa) del colegio público Ortega y Gasset de Almendralejo reabre la disputa sobre la presencia de dos crucifijos en sus aulas. Son los dos que faltan desde el inicio del curso en las clases a las que acuden dos hijos de Lorenzo y Ana, el matrimonio de profesores que ganó la batalla judicial que emprendieron hace dos años para eliminar la simbología religiosa del centro donde están escolarizados sus vástagos. La asociación, tras la protesta multitudinaria de noviembre, se moviliza de nuevo para volver a la situación anterior al inicio del conflicto. Primero llamará a la puerta de la Consejería de Educación. En caso de rechazo, usará la vía judicial.
Los padres se reúnen el viernes para marcar la hoja de ruta. A dos semanas y media del inicio de la Cuaresma, no se resignan a no ver dos crucifijos en su colegio. «El asunto no está olvidado y vamos a reclamar que vuelvan hasta la última instancia», señala a HOY una madre. El portavoz de la asociación, el abogado Francisco Lamoneda, opta por no hablar hasta el lunes, día en el que tienen anunciado informar sobre unas medidas que pasan por intentar primero un pronunciamiento favorable del renovado Consejo Escolar. A finales de noviembre se procedió al cambio de representantes de padres y profesores y la asociación ya quiso que se pronunciara. No lo ha hecho porque el asunto de los crucifijos no se ha llevado al orden del día.
«El Consejo Escolar ya habló en su día (2009). Y la Consejería decidió (2010) y no puede ir en contra. El asunto está hablado», reseña José Antonio Montosa, director del colegio almendralejense. En realidad, el Consejo nunca se posicionó sobre la petición de la retirada de las cruces y dejó la patata caliente en manos de la Junta. En septiembre, Educación ordenó retirar la simbología religiosa de las aulas así como de las zonas comunes. Lo hizo cuando estaba a punto de decidir el Tribunal Superior de Justicia. La realidad es que se han retirado dos crucifijos de la docena existente.
Los padres van a exigir que Educación se pronuncie de nuevo y lo haga de forma positiva a la restitución de las cruces apelando al sentir mayoritario de la comunidad escolar. En el caso de que la Consejería lo rechace o no se pronuncie, se tiene casi cerrado acudir a la justicia, aunque existan precedentes judiciales en los que se ha dado la razón a padres que demandaban colegios públicos ausentes de símbolos de cualquier religión.
La fundamentación de esa previsible demanda se basaría en la ausencia de una ley de libertad religiosa que regule la cuestión y en parte del articulado de la Constitución que habla de tener en cuenta las creencias religiosas de la sociedad y mantener relaciones de cooperación con la Iglesia católica.
Una mujer muestra un crucifijo en la protesta de noviembre,foto.

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