viernes, 25 de febrero de 2011

« LA ROSA NEGRA>>.


Sombras que podían tomar la forma de cualquier bello paisaje, un dulce sonido de piano acompañado con una hermosa voz angelical, y una joven en espera del abrazador silencio de la muerte.

— Mi pequeña Rose, no llores más. — Y no lo hizo. No porque aquel hombre se lo hubiera pedido, sino porque ya no había razón para hacerlo. Pronto se dio cuenta de la única verdad, la única realidad, y no aquella que había dictado esa carta y esa rosa.

Sabía que todo terminaría en ese mismo lugar en donde tuvo un comienzo; era irónico en realidad, pero aún así no podía dejar atrás todo el dolor que aquel hombre la había causado horas atrás, justo cuando leyó su carta:

[
Perdona por todo este tiempo que te hice perder a mi lado; yo sí me arrepiento de haberlo vivido. Perdona por todas las palabras que te llegue a decir alguna vez; ninguna de ellas eran ciertas…”

Y las palabras eran escritas en el aire y en su mente. En su rostro se reflejaban al recordarlas…


“Espero que pronto logres encontrar a alguien que en realidad te merezca amar, alguien que no sea yo, porque yo no te amo. Ya hay alguien para mí, por eso, perdona.

Si de verdad deseas comprobar que lo que digo aquí es cierto y escucharlo de mis propios labios, ven a media noche a la orilla del lago donde nos conocimos.
En el encontró una rosa, pero esta vez era una rosa negra y marchita,foto.

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