Las ganas de liberarme de sus garras me hace sangre entre mi cuerpo que solo busca la libertad en esta hora fría por los males escapados o imaginados que hay aquella casa que paseo a su lado al ir por el pan a la panadería. Mi abuela me decía que nunca cruzara por la calles en las horas frías de tiempo en el mes de diciembre, por que podía sufrir las consecuencias de lanzarme piedras para caer en el mal de la vida. Esto lo que hemos contado antes era una maldita leyenda de miedo que me contaron por la noche en el parque, un viejo que sabia demasiado en historias de miedo y no dormir nunca en la vida.
miércoles, 23 de marzo de 2011
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