miércoles, 23 de marzo de 2011

LAS TARDE SENTADO EN EL SILLÓN.


Un sillón de caña malaca
y el infierno,
filtrando su amenaza
entre el junco y los espacios.
Foto de un cómodo sillón para ver la telé a todas horas del día y la noche.
Todo
sobre esa nube
en la que los sueños
hablaban de algo lejano
que hoy arde,
quema,
en los lugares
donde la vida de tan precisa
puede tocarse.
Beato sillón! La casa
corrobora su presencia
con la vaga intermitencia
de su invocación en masa
a la memoria. No pasa
nada. Los ojos no ven,
saben. El mundo está bien
hecho. El instante lo exalta
a marea, de tan alta,
de tan alta, sin vaivén.

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