viernes, 18 de marzo de 2011

LA HÚNGARA , QUISIERA VIVIR.


Quisiera vivir, morir, por las veredictos, siempre. Dé jame morir, vivir, deja qué mi sueño ruede contigo, al sol, a la luna, dentro de tu carro verde.
Vas vestida de percal. Si, pero en los grandes fiestas visto una falda de raso, y unos zapatos de seda. Vas despeinada. Si pero en las grandes fiestas me lava el agua del río, y el aire puro me peina. Y yo, mi niño, teniendo abrigo contra el relente, mientras va el agua corriendo.
Tan limpia tui, tan peinado, con esos dos peinecillos que te asesinan los sienes, di me, di, ¿ de dónde vienes? con esa falda encornada y esas dos rosas de lino, en tus zapatillas verdes, di me de donde vienes?. Pero la húngara me ama sin saber donde acabare la noche con pensamientos cambiados por nuestras mentiras. Pero el mar es solo lo mas bonito que puedo mirar mientras te vas sin sentido ninguno de este lado de la historia marchada con la húngara. Adiós a una poesía escrita para mirar sus ojos de amor besados con ternura hacia la felicidad perdida por la leyenda de sus manos. La húngara es solo la belleza creada entre jardines mojados por una fina lluvia de la tarde que caía muy fuerte.

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