viernes, 20 de mayo de 2011

EL GUERRILLERO AUDAZ.VALIENTE GUERRERO.



Una espada se clavó en la gruesa garganta de su enemigo, mientras una chispa caía en picado sobre la cabeza de otro. Unos pocos metros atrás iba a galope un ágil arquero que iba lanzando flechas a diestro y siniestro contra todos sus enemigos. El primer guerrero movía las espadas con tal destreza que apenas se podían ver sus movimientos, mientras una espada retorcía el cuello a uno, la otra cortaba por la mitad al otro, aparte, a ratos, las mágicas espadas lanzaban hechizos contra los aterrados enemigos que corrían despavoridos sin rumbo a ningún lugar, solo querían huir de esos dos hombres que ya habían matado a una docena de sus compañeros. Los guerreros pararon. En el suelo, yacían despedazados cadáveres orcos de las montañas del hielo eterno. Estas montañas eran consideradas peligrosas por la gran cantidad de monstruos que habitaban en ellas. Habían pasado 5 largos años desde que Darthz había dejado junto a su amigo Gardhet, su ciudad natal; Azzard. Si antes eran grandes guerreros ahora habían fortalecido peleando sus técnicas y hechizos, lo que les hacia mas formidables aun. Darthz bajo del caballo, limpió la sangre de sus espadas con la blanca nieve y las guardó en las vainas. Al mismo tiempo, Gardhet se reunía con el soltando unas ligeras carcajadas. - Hemos hecho una buena carnicería. – Dijo en tono burlón el arquero. - No hay más elección – Replicó Darthz, algo distraído. Los dos guerreros montaron galope rumbo al este ante la mirada atónita de un extraño. *** Las figuras creadas por los dos guerreros a galope fueron desapareciendo. Al tiempo que un extraño hombre bajada deslizándose por un risco de la montaña, situándose en medio de la carnicería ocurrida hace unos momentos. Llevaba la vestimenta desgarrada por un costado y en el brazo sujetaba un yelmo que parecía estar roto. Miró a su alrededor, asombrado por la docena y media de orcos que yacían en el suelo sin vida. El hombre parecía ser un renegado, alguien que había pasado mucho tiempo en la montaña observando como los crueles y sanguinarios orcos mataban cualquier vida que se interpusiera en su camino, y ahora, acababa de ver como dos hombres mataban una patrulla entera. No podía dudar de la valía de estos dos jóvenes, así que, se puso en marcha siguiendo el rastro que dejaban las patas de los caballos, hundidas en la nieve. *** - Este será un buen lugar para pasar la noche – propuso Darthz señalando una cueva que hacia curva con un risco de la montaña. - Si a esto lo llamas lugar… - replicó Gardhet, algo decepcionado por la decisión de su amigo. - Es lo único que hay en estas montañas, además ya es casi de noche y debemos descansar, mañana seguramente nos encontraremos con más de esos orcos furiosos. Vamos adentro. *** En la entrada de la cueva, pocos metros atrás de los guerreros, se escondía el extraño. Temía que lo matasen. Por suerte o por desgracia, pisó mal, y una roca tropezó contra el suelo haciendo un sonoro ruido que llego sin problemas a los oídos de los guerreros. *** - ¿Has escuchado eso, Darthz? - Alguien nos hace compañía, salga… – Al tiempo que Darthz completaba la frase salía de detrás de la roca un extraño hombre de larga barba, parecía como si acabase de librar una batalla. Los dos astutos guerreros empuñaron sus armas ante la posible llegada de una nueva amenaza. - ¿Qué le ha pasado señor, parece desorientado? – Dijo Gardhet, bajando el arco. - No me matéis, os lo ruego. Uno de esos asquerosos bichos casi me mata. Iba a salir de estas peligrosas montañas, camino a Illender, cuando me encontré con el orco - Dijo el extraño, intimidado por el filo de la espada del joven. Darthz no podía negar la sinceridad de las palabras del hombre, así que, bajo su espada y dejo que siguiese - Mi nombre es Usurff, vengo de muy lejos, de Takkat, mi ciudad, salí a hacer una ruta expedicionaria hasta Illender, con unos cuantos hombres mas que… - ¿Dónde están aho…? – Antes de que Gardhet terminase la pregunta, el hombre respondió. - Fallecieron luchando con esos malditos orcos. Soy el único superviviente de la patrulla. Los dos jóvenes se miraron atónitos ante esta nueva llegada. Por fin dio paso a hablar Darthz. - Puedes quedarte con nosotros, partiremos al amanecer. Tenemos provisiones de sobra. A Usurff le gustó bastante la idea, había visto como los dos jóvenes se quitaban de en medio en pocos minutos a una patrulla entera de orcos. No tendría problemas en salir de las montañas con la ayuda de los dos guerreros.

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