viernes, 17 de diciembre de 2010

ANTES QUE DUERMAS, ¿CON QUIÉN DUERMES?.


sus llagosas manos y tratar de soltarse de la furia de su madre, pero todo fue inútil, lo llevó a un rincón y lo siguió golpeando hasta causarle la muerte...
En realidad no sé que tan cierta sea esta historia, sin embargo la he escuchado más de una vez.
Cuentan que era un niño miembro de una numerosa familia. Apenas alcanzaba los 6 años de edad; era bajo, no muy bien parecido, la vida no le favorecia, pues su físico no inspiraba la dulzura que el de sus demás hermanos. Él más bien era de piel arrugada a causas de un extraño hongo que le atacó al nacer, tenía los ojos desviados y algunos de sus dientes no crecieron correctamente, caminaba con cierto desaliento que lo mantenía en una posición jorobada, algo anormal para un niño de sólo 6 años. Sin embargo lo que no le dieron en belleza física se lo otorgaron en un inmenso amor hacia todos, amor que no era correspondido.
Sus padres lo trataban con desprecio, era al último que le daban de comer y muchas veces era la sobra de los demás, él sin embargo miraba a su madre y sonreía con cierta ingenuidad y cariño como agradeciéndole el hecho de ser alimentado, ella por otra parte le devolvía una mirada de desprecio en acto déspota como deseando que tan horripilante criatura nunca hubiese nacido de sus entrañas. Él por otro lado siempre buscaba ganarse el aprecio de sus padres y hermanos halagándolos.
En ocasiones se acercaba a su madre sin que ella lo notara y le pasaba sus manos por las mejillas, ella sentía de inmediato repugnancia y lo castigaba, pues las manos del niño estaban llenas de llagas, producto del extraño hongo que se había apoderado de su cuerpo. Él adoraba los castigos de su madre porque era la única forma que ella le dirigiera la palabra y se atreviera a tocarlo no importando que fuese para golpearlo, él sentía que cada golpe era un TE AMO.

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