viernes, 17 de diciembre de 2010

LOS ROJOS DEL DESTINO.Diarios de viaje sobre Croacia.


Visitamos el parque nacional con sus dos lagos Malo Jezero y Veliko Jezero alrededor del perímetro de los cuales damos un agradable paseo de varias horas, buscando la sombra pues el calor aprieta y las abejas merodean.

El monasterio benedictino al que accedemos en barco en mitad de un islote de uno de los lagos se nos presenta solemne y altivo, parece emerger como un geiser en mitad del lago, un geiser de fe cristiana. Vegetación exuberante y baños en sus aguas claras.

De vuelta a casa paseamos por detrás de los terrenos de nuestro apartamento y descubrimos más restos de murallas y los restos de una basílica cristiana con la forma de la cruz como troquelada en el muro. Estamos rodeados de historia, y tal vez los ilirios nos estén observando por lo que decidimos volver al palacio, presurosos pero sin levantar sospechas antes de que el sol se desangre sobre el espejo del mar.

Cenamos en casa unos espaguetis caseros, entablando conversación con una pareja de franceses con los que compartimos nuestra pequeña terraza privada. Dobro Veche, buenas noches, la abuela nos espeta desde la terraza inferior, observo sus facciones, ¿ascendencia romana o iliria? O tal vez el origen de su familia se remonta al pasional encuentro entre el legionario romano y la campesina iliria. El pájaro nocturno empieza su concierto.

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