Algunos las comen para aplacar los nervios mientras ven la tele, en el cine o animan a su equipo del alma. Otros para no morderse las uñas. El consumo de pipas de girasol se ha estabilizado al alza y muchos desconocen que son algo más que un entretenimiento porque están cargadas de nutrientes muy saludables que componen un excelente protector contra el riesgo de enfermedades cardiovasculares y el envejecimiento.
El nutriente principal son las grasas poliinsaturadas con 45 gramos de grasa total por 100 gramos de porción comestible, que ayudan a reducir el colesterol y triglicéridos en sangre, también 28 gramos de proteínas, hidratos de carbono, vitamina E que es un antioxidante que protege contra los radicales libres que dañan las células y la información genética hasta producir cáncer y otras enfermedades, y esta vitamina hidrata y nutre la piel reforzando el sistema inmunológico.
Además de la vitamina E contiene otros elementos no nutritivos como, colina, betaina, lignanos y ácidos fenólicos, de acción antioxidante. Su alto contenido en magnesio y potasio indispensables en la dieta de los deportistas para mejorar su rendimiento y evitar las lesiones, mucho fósforo y calcio a tener en cuenta aquellos que no quieren o no pueden tomar lácteos y están especialmente indicadas a las mujeres embarazadas por su contenido en ácido fólico y hierro.
Las dosis de tiamina o vitamina B1 son importantes con valor en las dolencias nerviosas y degenerativas, y la pectina, un tipo de fibra alimentaría con gran poder de retención de agua soluble en el intestino. La tradición dice que las gitanas son muy fértiles porque comen muchas pipas de girasol, ricas en vitamina E llamada la de la fertilidad.
En cuanto a su aporte energético, una ración de 50 gramos de pipas sin pelar (25 gramos una vez peladas) aporta unas 140 calorías (25 gramos de almendras aportan 115 calorías, una manzana grande 125 calorías y un vaso de leche entera 168 y desnatada enriquecida en calcio 190 calorías). Las pipas que llevan sal añadida aportan cantidades elevadas de sodio y por ello, no convienen en caso de hipertensión y ciertas afecciones cardiovasculares.
Pipas de girasol-foto.
El nutriente principal son las grasas poliinsaturadas con 45 gramos de grasa total por 100 gramos de porción comestible, que ayudan a reducir el colesterol y triglicéridos en sangre, también 28 gramos de proteínas, hidratos de carbono, vitamina E que es un antioxidante que protege contra los radicales libres que dañan las células y la información genética hasta producir cáncer y otras enfermedades, y esta vitamina hidrata y nutre la piel reforzando el sistema inmunológico.
Además de la vitamina E contiene otros elementos no nutritivos como, colina, betaina, lignanos y ácidos fenólicos, de acción antioxidante. Su alto contenido en magnesio y potasio indispensables en la dieta de los deportistas para mejorar su rendimiento y evitar las lesiones, mucho fósforo y calcio a tener en cuenta aquellos que no quieren o no pueden tomar lácteos y están especialmente indicadas a las mujeres embarazadas por su contenido en ácido fólico y hierro.
Las dosis de tiamina o vitamina B1 son importantes con valor en las dolencias nerviosas y degenerativas, y la pectina, un tipo de fibra alimentaría con gran poder de retención de agua soluble en el intestino. La tradición dice que las gitanas son muy fértiles porque comen muchas pipas de girasol, ricas en vitamina E llamada la de la fertilidad.
En cuanto a su aporte energético, una ración de 50 gramos de pipas sin pelar (25 gramos una vez peladas) aporta unas 140 calorías (25 gramos de almendras aportan 115 calorías, una manzana grande 125 calorías y un vaso de leche entera 168 y desnatada enriquecida en calcio 190 calorías). Las pipas que llevan sal añadida aportan cantidades elevadas de sodio y por ello, no convienen en caso de hipertensión y ciertas afecciones cardiovasculares.
Pipas de girasol-foto.
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