Higuera de la Serena conserva la costumbre de los pitarreros, vecinos que compiten para ver quién tiene los mejores caldos.
Aunque de manera sana y amigable, siempre ha habido sus piques entre los propios amigos y vecinos sobre quién tenía mejores melones, mejor cosecha de aceitunas y el que hacia mejor vino, no era raro ver a varios colegas compartiendo sus pitarras para, entre todos, decidir quién era el que había elaborado el mejor vino.
Poco a poco esa costumbre se ha ido perdiendo en nuestros pueblos, aunque muchos vecinos de Higuera de la Serena y otros municipios extremeños aún vendimian su propia viña y elaboran en casa el vino. Elaboración que no se hace para la venta, sino para su propio consumo. El vino de siempre, el cosechero o de pitarra, el que se consume la misma temporada en la que se ha elaborado. El que se cura, como se dice por estas tierras, en tinajas de barro después de vendimiar de manera artesanal la viña familiar y triturada en el viejo estrujón de madera.
Sin embargo en Higuera de la Serena, lejos de perderse la costumbre de los 'pitarreros', está más de moda que nunca. En su día se creó la 'Agrupación Cultural Amigos del Vino', y cada año por estas fechas organizan un concurso de cata para elegir el mejor caldo. Evento al que se invita a todo el pueblo en el que se comparten buenas viandas de la tierra.
Este año ha llegado a su quinta edición y para ello han contratado a expertos que han dedicido entre ellos, el mejor vino entre un total de 25 que se han presentado. Por un lado, Emiliano Segovia, un empresario higuereño que consiguió el título de catador en un curso organizado precisamente por esta misma agrupación. Por otra parte, Ramón Madrigal, aficionado que lleva participando en todas las ediciones y que visita Higuera precisamente para este certamen. También participó como jurado Juan José Bastias, un bodeguero de Esparragosa de la Serena especializado en vinos cosecheros, y por último, Rocío Valor Caballero, que trabaja de sumiller en una importante bodega de Villafranca de los Barros, y que representó a España en el campeonato de cata europeo de jóvenes viticultores y etnólogos, alzándose con el primer premio.
Todos coincidieron en la gran calidad visual, gustativa, olfativa y la armonía de todos los caldos presentados, ninguno de ellos fue eliminado y se valoró como muy buena la intensidad cromática.
Después de la difícil tarea del jurado experto, el mejor vino fue el presentado por Reyes Tena. Un vecino que tiene una pequeña viña de la variedad tempranillo, que como el resto de sus compañeros elabora el vino para su consumo con un cuidado y un mimo especial.
Una agrupación que mezcla tradición, gastronomía y cultura, cuyos miembros continúan elaborando los caldos procedentes de sus cepas que cuidan con cariño y mimo, porque son ellos mismos los que degustarán y disfrutarán de sus propios vinos.
Foto-Los miembros del jurado en plena cata de los diferentes vinos.
Aunque de manera sana y amigable, siempre ha habido sus piques entre los propios amigos y vecinos sobre quién tenía mejores melones, mejor cosecha de aceitunas y el que hacia mejor vino, no era raro ver a varios colegas compartiendo sus pitarras para, entre todos, decidir quién era el que había elaborado el mejor vino.
Poco a poco esa costumbre se ha ido perdiendo en nuestros pueblos, aunque muchos vecinos de Higuera de la Serena y otros municipios extremeños aún vendimian su propia viña y elaboran en casa el vino. Elaboración que no se hace para la venta, sino para su propio consumo. El vino de siempre, el cosechero o de pitarra, el que se consume la misma temporada en la que se ha elaborado. El que se cura, como se dice por estas tierras, en tinajas de barro después de vendimiar de manera artesanal la viña familiar y triturada en el viejo estrujón de madera.
Sin embargo en Higuera de la Serena, lejos de perderse la costumbre de los 'pitarreros', está más de moda que nunca. En su día se creó la 'Agrupación Cultural Amigos del Vino', y cada año por estas fechas organizan un concurso de cata para elegir el mejor caldo. Evento al que se invita a todo el pueblo en el que se comparten buenas viandas de la tierra.
Este año ha llegado a su quinta edición y para ello han contratado a expertos que han dedicido entre ellos, el mejor vino entre un total de 25 que se han presentado. Por un lado, Emiliano Segovia, un empresario higuereño que consiguió el título de catador en un curso organizado precisamente por esta misma agrupación. Por otra parte, Ramón Madrigal, aficionado que lleva participando en todas las ediciones y que visita Higuera precisamente para este certamen. También participó como jurado Juan José Bastias, un bodeguero de Esparragosa de la Serena especializado en vinos cosecheros, y por último, Rocío Valor Caballero, que trabaja de sumiller en una importante bodega de Villafranca de los Barros, y que representó a España en el campeonato de cata europeo de jóvenes viticultores y etnólogos, alzándose con el primer premio.
Todos coincidieron en la gran calidad visual, gustativa, olfativa y la armonía de todos los caldos presentados, ninguno de ellos fue eliminado y se valoró como muy buena la intensidad cromática.
Después de la difícil tarea del jurado experto, el mejor vino fue el presentado por Reyes Tena. Un vecino que tiene una pequeña viña de la variedad tempranillo, que como el resto de sus compañeros elabora el vino para su consumo con un cuidado y un mimo especial.
Una agrupación que mezcla tradición, gastronomía y cultura, cuyos miembros continúan elaborando los caldos procedentes de sus cepas que cuidan con cariño y mimo, porque son ellos mismos los que degustarán y disfrutarán de sus propios vinos.
Foto-Los miembros del jurado en plena cata de los diferentes vinos.
Aunque de manera sana y amigable, siempre ha habido sus piques entre los propios amigos y vecinos sobre quién tenía mejores melones, mejor cosecha de aceitunas y el que hacia mejor vino, no era raro ver a varios colegas compartiendo sus pitarras para, entre todos, decidir quién era el que había elaborado el mejor vino.
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