miércoles, 1 de diciembre de 2010

ARENA DEL MEDITERRANEO.


Me parece que la arena que ha pasado sobre mis pies esta tarde, se ha metido entre los dedos para no seguir corriendo con el viento, me parece que en la noche ha subido por las piernas, ha tocado mis muslos, y se ha deslizado en la cintura, ha recorrido la espalda hacia arriba como una serpiente lenta, lista para atacar, sube por el cuello y en su ultima subida llega al oído y comienza a susurrarme canciones de mar, canciones saladas llenas de cristales rotos, canciones en movimiento ondular, canciones como espuma en la playa, letras enredadas en el viento al caer las olas, instrumentos malgastados por las conchas, y se detiene, cambia su voz y me grita el sabor de los peces de colores, va callando, preparando su discurso, mientras mis órganos organizan sus estados dehando de bailar en las notas susurradas.

Me parece que la arena me ha dicho en voz clara y firme su incoformidad con lo inestable, me ha dicho su movimiento por el pulpo y por el camarón, me han contado cuantos pasos la han pisado, me ha contado lo celosa al ver el viento irse con otra, mover al mar, mover la tierra, mover el agua, y ella tan solo se queda esperando para volver a sentirlo como una caricia lejana de un desconocido, la arena me ha refutado su belleza, me ha dicho su triste vida,al no ser la más hermosa, al ser tan solo la orilla del mar.


Me parece que yo le he respondido que la arena no me gusta cuando se adentra entre mi cuerpo, ni cuando se pasa por la boca, pero que haré lo posible para soportarla, le he prometido que la llevaré por otras tierras, sin tantos grados sobre mi piel, ni sobre la de ella, con una cobijas y sacos encima, que le he conseguido un pasaje al lado mio, que volará junto a mi, le he prometido cegarla frente al viento, le prometido que no volará jamas.
Me parece que estoy atrapada.

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