-"¿Quién puede estar llamándome a estas horas? No lo entiendo si saben que
estoy durmiendo, que anoche tuve guardia"-
Ana a tientas cogió el teléfono móvil con desgana y bostezando, maldiciendo
su despiste de no haberlo apagado, miró la pantalla para ver quien llamaba y
con sorpresa leyó: "Casa" viendo la imagen que tenía asociada a ese número
de teléfono. -"¿Pero quién puede llamarme desde casa? Si estoy aquí, ¿no
sería mejor que llamaran a la puerta de la habitación?"- De todos modos Ana
por inercia contestó.
-"Hola Ana, ¿qué tal? te llamaba para ver si te apetecía venir a comer
ahora, he preparado tu plato favorito".- Ella quedó pálida, el teléfono se
le cayó al suelo, empezó a temblar, con sudores fríos. Se levantó corriendo,
y recorrió la casa entera, como ella se imaginaba estaba vacía. Miró las
últimas llamadas realizadas desde su teléfono, ninguna había sido a su
móvil. Cada vez se ponía más nerviosa. Cogió su agenda y con dificultad por
la crisis de ansiedad pasó las hojas hasta confirmar que ese otro teléfono
desde el que podrían haberla llamado ya no existía, que no podía haber
llamado desde él, estaba dado de baja.
Corrió hasta la cocina, confirmó que nada de comida había sido preparada.
Miró el reloj y una puñalada del pasado le atravesó el corazón. Cayó al
suelo y se acurrucó en una esquina. Sin quererlo sus ojos empezaron a llorar
y las lágrimas inundaron su piel. Justamente seis años antes, a esa misma
hora, ese mismo día, su novio, la persona que le acababa de llamar, había
muerto en casa esperándola con la mesa puesta.
estoy durmiendo, que anoche tuve guardia"-
Ana a tientas cogió el teléfono móvil con desgana y bostezando, maldiciendo
su despiste de no haberlo apagado, miró la pantalla para ver quien llamaba y
con sorpresa leyó: "Casa" viendo la imagen que tenía asociada a ese número
de teléfono. -"¿Pero quién puede llamarme desde casa? Si estoy aquí, ¿no
sería mejor que llamaran a la puerta de la habitación?"- De todos modos Ana
por inercia contestó.
-"Hola Ana, ¿qué tal? te llamaba para ver si te apetecía venir a comer
ahora, he preparado tu plato favorito".- Ella quedó pálida, el teléfono se
le cayó al suelo, empezó a temblar, con sudores fríos. Se levantó corriendo,
y recorrió la casa entera, como ella se imaginaba estaba vacía. Miró las
últimas llamadas realizadas desde su teléfono, ninguna había sido a su
móvil. Cada vez se ponía más nerviosa. Cogió su agenda y con dificultad por
la crisis de ansiedad pasó las hojas hasta confirmar que ese otro teléfono
desde el que podrían haberla llamado ya no existía, que no podía haber
llamado desde él, estaba dado de baja.
Corrió hasta la cocina, confirmó que nada de comida había sido preparada.
Miró el reloj y una puñalada del pasado le atravesó el corazón. Cayó al
suelo y se acurrucó en una esquina. Sin quererlo sus ojos empezaron a llorar
y las lágrimas inundaron su piel. Justamente seis años antes, a esa misma
hora, ese mismo día, su novio, la persona que le acababa de llamar, había
muerto en casa esperándola con la mesa puesta.
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