Juan José Minaya, de Valle de la Serena, trabaja en la restauración de auténticas joyas.
Hay oficios y profesiones que requieren de una gran responsabilidad, como pueden ser los médicos, cirujanos, bomberos... Funciones que sin duda seducen a todos los profesionales que trabajan en ellas, personas realmente enamoradas de su profesión. Este es el caso de Juan José Minaya, que además de deleitarse cada día con su trabajo, tiene la gran ventaja de poder ejercerlo en su pueblo, Valle de la Serena.
Este extremeño es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, especialidad en Restauración de Bienes Culturales, estudios avanzados de tercer ciclo. Además es especialista en gestión y administración del patrimonio cultural por la Universidad de Alcalá de Henares.
Juan José confiesa que disfrutó mucho durante su etapa de estudiante en la capital de España. Lo hizo en la facultad y también aprovechando los recursos que ofrecía la ciudad. Principalmente sus grandes museos y exposiciones. Sin embargo nunca tuvo ninguna duda respecto al lugar en el que quería desarrollar su actividad profesional. «Soy un enamorado de Extremadura y siempre tuve claro que quería aportar mis conocimientos al patrimonio de nuestra tierra. Por ese motivo nada más regresar instalé el taller de restauración en Valle de la Serena», explica Minaya.
Desde muy joven tuvo claro que quería estudiar Bellas Artes. Igualmente le entusiasmaba todo lo que tenía que ver con la conservación del patrimonio cultural. «Tuve el apoyo de muchas personas para realizar mis estudios, tanto familiares como amigos, pero de un modo especial sentí siempre la ayuda de mis padres y de mi hermano, y sobre todo el de Catalina, mi madre, que enviudó muy joven, con todo el sacrificio que conlleva el cargar con todo el peso familiar», rememora.
Es tal la pasión por la cultura y por su pueblo que ha sido cofundador y actualmente es presidente de la Asociación para la Defensa del Patrimonio de Valle de la Serena, a la que aportó los derechos de su libro; 'Ntra. Sra. de la Salud: memoria y culto'. También ha participado en diversas publicaciones con artículos y ponencias.
A lo largo de los diez años que lleva afincado en esta localidad, Minaya ha realizado trabajos de conservación y restauración en varios museos de la región. Desde el año 2002 trabaja como profesional en la conservación y restauración de bienes culturales en la baja Extremadura, realizando su labor con esculturas, pinturas al óleo y retablos. De todos ellos guarda un especial recuerdo, tanto de las obras que restauró, en parroquias o cofradías, como de las personas que le permitieron llevar a cabo las restauraciones, de darle nuevamente su esplendor a esas auténticas joyas del arte sacro de la región. «Por todo esto me siento muy afortunado», detalla.
Su taller siempre está repleto de imágenes religiosas para restaurar, cuadros y objetos de gran valor. Realiza su labor siempre con mimo y pasión, sin olvidar que siempre conlleva una gran responsabilidad. Con su trabajo ha vuelto a llenar hornacinas de las mejores iglesias con tallas que estaban realmente deterioradas y que ahora visten con todo su esplendor, gracias al trabajo de este 'cirujano de arte'
Hay oficios y profesiones que requieren de una gran responsabilidad, como pueden ser los médicos, cirujanos, bomberos... Funciones que sin duda seducen a todos los profesionales que trabajan en ellas, personas realmente enamoradas de su profesión. Este es el caso de Juan José Minaya, que además de deleitarse cada día con su trabajo, tiene la gran ventaja de poder ejercerlo en su pueblo, Valle de la Serena.
Este extremeño es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, especialidad en Restauración de Bienes Culturales, estudios avanzados de tercer ciclo. Además es especialista en gestión y administración del patrimonio cultural por la Universidad de Alcalá de Henares.
Juan José confiesa que disfrutó mucho durante su etapa de estudiante en la capital de España. Lo hizo en la facultad y también aprovechando los recursos que ofrecía la ciudad. Principalmente sus grandes museos y exposiciones. Sin embargo nunca tuvo ninguna duda respecto al lugar en el que quería desarrollar su actividad profesional. «Soy un enamorado de Extremadura y siempre tuve claro que quería aportar mis conocimientos al patrimonio de nuestra tierra. Por ese motivo nada más regresar instalé el taller de restauración en Valle de la Serena», explica Minaya.
Desde muy joven tuvo claro que quería estudiar Bellas Artes. Igualmente le entusiasmaba todo lo que tenía que ver con la conservación del patrimonio cultural. «Tuve el apoyo de muchas personas para realizar mis estudios, tanto familiares como amigos, pero de un modo especial sentí siempre la ayuda de mis padres y de mi hermano, y sobre todo el de Catalina, mi madre, que enviudó muy joven, con todo el sacrificio que conlleva el cargar con todo el peso familiar», rememora.
Es tal la pasión por la cultura y por su pueblo que ha sido cofundador y actualmente es presidente de la Asociación para la Defensa del Patrimonio de Valle de la Serena, a la que aportó los derechos de su libro; 'Ntra. Sra. de la Salud: memoria y culto'. También ha participado en diversas publicaciones con artículos y ponencias.
A lo largo de los diez años que lleva afincado en esta localidad, Minaya ha realizado trabajos de conservación y restauración en varios museos de la región. Desde el año 2002 trabaja como profesional en la conservación y restauración de bienes culturales en la baja Extremadura, realizando su labor con esculturas, pinturas al óleo y retablos. De todos ellos guarda un especial recuerdo, tanto de las obras que restauró, en parroquias o cofradías, como de las personas que le permitieron llevar a cabo las restauraciones, de darle nuevamente su esplendor a esas auténticas joyas del arte sacro de la región. «Por todo esto me siento muy afortunado», detalla.
Su taller siempre está repleto de imágenes religiosas para restaurar, cuadros y objetos de gran valor. Realiza su labor siempre con mimo y pasión, sin olvidar que siempre conlleva una gran responsabilidad. Con su trabajo ha vuelto a llenar hornacinas de las mejores iglesias con tallas que estaban realmente deterioradas y que ahora visten con todo su esplendor, gracias al trabajo de este 'cirujano de arte'
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