TÍTULO:LA LUZ. Paso a paso amanece y aporta su llegada
inquietudes, sollozos y sonrisas
que se mezclan en rostros
donde sus miradas irradian
la lánguida ternura del que espera.
La luz se manifiesta con todo
su esplendor de misterio, armonía y zozobra
en las aguas claras, limpias, tranquilas
del lago que arrebata los sentidos,
en la Casa Flotante que adorna sus pasillos
con orquídeas enamoradas
de indolentes nenúfares,
que coquetean, van y vienen volubles
como el viento que los acompaña
en su juego incesante por las aguas.
Las miradas mudas, hechizadas, sobrecogidas,
se pierden por el horizonte majestuoso
y subyugante...
TÍTULO:
LA CASA POR DENTRO
La casa necesita mis dos manos.
Yo debo sostener su cal como mis huesos,
su sal como mis gozos,
su fábula en la noche
y el sol ardiendo en mitad de su cuerpo.
Deben dolerme las cortinas y sus gaviotas
muertas en el vuelo.
Conmoverme el jardín y su antifaz de flores dibujado,
el ladrillo inocente acusado
de no haber alcanzado los espejos,
y las puertas abiertas para las recién casadas
con su rumor de arroz creciendo bajo el velo.
Debo atender su réplica del universo,
la memoria del campo en los floreros,
la unánime vigilia de la mesa,
la almohada y su igualdad de pájaros dispersos,
la leche con el rostro del amanecer bajo la frente
con esa yerta soledad de una azucena
simplemente naciendo.
Debo quererla entera, salida de mis manos
con la gracia que vive de mi gracia muriendo.
Y no saber, no saber que hay un pueblo de trébol
con el mar a la puerta
y sin nombres
ni lámparas.
inquietudes, sollozos y sonrisas
que se mezclan en rostros
donde sus miradas irradian
la lánguida ternura del que espera.
La luz se manifiesta con todo
su esplendor de misterio, armonía y zozobra
en las aguas claras, limpias, tranquilas
del lago que arrebata los sentidos,
en la Casa Flotante que adorna sus pasillos
con orquídeas enamoradas
de indolentes nenúfares,
que coquetean, van y vienen volubles
como el viento que los acompaña
en su juego incesante por las aguas.
Las miradas mudas, hechizadas, sobrecogidas,
se pierden por el horizonte majestuoso
y subyugante...
TÍTULO:
LA CASA POR DENTRO
La casa necesita mis dos manos.
Yo debo sostener su cal como mis huesos,
su sal como mis gozos,
su fábula en la noche
y el sol ardiendo en mitad de su cuerpo.
Deben dolerme las cortinas y sus gaviotas
muertas en el vuelo.
Conmoverme el jardín y su antifaz de flores dibujado,
el ladrillo inocente acusado
de no haber alcanzado los espejos,
y las puertas abiertas para las recién casadas
con su rumor de arroz creciendo bajo el velo.
Debo atender su réplica del universo,
la memoria del campo en los floreros,
la unánime vigilia de la mesa,
la almohada y su igualdad de pájaros dispersos,
la leche con el rostro del amanecer bajo la frente
con esa yerta soledad de una azucena
simplemente naciendo.
Debo quererla entera, salida de mis manos
con la gracia que vive de mi gracia muriendo.
Y no saber, no saber que hay un pueblo de trébol
con el mar a la puerta
y sin nombres
ni lámparas.
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