Durante la noche subió tanto la temperatura que termine durmiendo con solo calzoncillos, ademas los ratones molestaron, saquearon el chocolate y la leche que traje y en una ocasión jure sentir uno sobre mi cabeza. Foto de una madre y su hija mirando la belleza del mar.
Partimos los tres, Sergio salio solo, la meta de hoy es llegar al mirador del Campamento los Guardas, nada difícil, por que vamos sin peso. Esta vez la vegetación es de gran altura y los troncos de los arboles están recubiertos con barba de viejo, musgo que solo crece en lugares con aire 100% puro, lo que demuestra que estos parajes aun están a salvo de la mano destructora del humano. El Campamento los Guardas, una caseta toda rayada con mensajes del tipo "yo estuve aquí", era el lugar que marcaba la bajada al mirador que esta frente al Glaciar Grey y el comienzo o final (depende de donde se venga) del circuito grande. Desde el comienzo estábamos tentados con intentar el circuito grande, pero una llamada a CONAF desde Santiago termino con toda esperanza de hacerlo, pedían prácticamente ser un escalador de renombre para poder internarse en esos senderos en invierno, lo que resulto en la practica ser una mentira por que aquí en el parque mismo solo pedían un GPS o un guía de la zona, sinceramente cada día me decepciona más esa institución de pacotilla (CONAF). Pasamos un par de arboles y allí esta el ultimo premio de esta expedición, el Glaciar Grey y en toda su extensión, en la televisión no se ve tan nítidos los colores, es una combinación de gradientes de azules pastel, grandes murallas y explanadas surcados por grandes grietas, todo en completa calma sin viento, nuevamente el lago es un espejo. Tratamos de buscar un camino para llegar al hielo pero es imposible, nunca encontramos la pasada y nos conformamos con mirarlo desde aquí, me siento y abro la Coca Cola; silencio con todas sus letras, salud por estar soñando 15 días completos. Nos sacamos las fotos de rigor y volvemos al refugio Grey, personalmente con algo de melancolía por que aquí empieza el regreso a la vida real, aquí termino el viaje.
Ya en el refugio Pancho y Alfredo van a buscar agua, Sergio y yo nos dedicamos a buscar leña, me paseo recogiendo cuanto leño seco encuentro, me desagrada el estado de este lugar, nuevamente se repite el estado del refugio Los Cuernos; todo desperdigado, ropa, herramientas de construcción, cables, cajas de madera, basura, vasos plásticos, cañerías de PVC, flotando, en la arena, en los arboles, en rocas, etc. lo único que cambia es el concesionario del refugio que esta vez es Vértice Patagónia. Lleno de maderos una carretilla que me encontré entre tanta herramienta botada, camino con dificultad por la arena, la rueda de la carretilla no ayuda mucho, esta desinflada, cuando logro llegar a la entrada del refugio veo sangre en el suelo. -¿Que paso?, ¿Sergio te cortaste?-, -No, me salio sangre de narices- me contesto. Así se fue la tarde, llegaron los encargados del agua, cocimos la segunda papa. Durante la noche se nublo y comenzó a caer agua nieve, esa era la explicación del por el aire tibio de la noche anterior; viento de lluvia.
Partimos los tres, Sergio salio solo, la meta de hoy es llegar al mirador del Campamento los Guardas, nada difícil, por que vamos sin peso. Esta vez la vegetación es de gran altura y los troncos de los arboles están recubiertos con barba de viejo, musgo que solo crece en lugares con aire 100% puro, lo que demuestra que estos parajes aun están a salvo de la mano destructora del humano. El Campamento los Guardas, una caseta toda rayada con mensajes del tipo "yo estuve aquí", era el lugar que marcaba la bajada al mirador que esta frente al Glaciar Grey y el comienzo o final (depende de donde se venga) del circuito grande. Desde el comienzo estábamos tentados con intentar el circuito grande, pero una llamada a CONAF desde Santiago termino con toda esperanza de hacerlo, pedían prácticamente ser un escalador de renombre para poder internarse en esos senderos en invierno, lo que resulto en la practica ser una mentira por que aquí en el parque mismo solo pedían un GPS o un guía de la zona, sinceramente cada día me decepciona más esa institución de pacotilla (CONAF). Pasamos un par de arboles y allí esta el ultimo premio de esta expedición, el Glaciar Grey y en toda su extensión, en la televisión no se ve tan nítidos los colores, es una combinación de gradientes de azules pastel, grandes murallas y explanadas surcados por grandes grietas, todo en completa calma sin viento, nuevamente el lago es un espejo. Tratamos de buscar un camino para llegar al hielo pero es imposible, nunca encontramos la pasada y nos conformamos con mirarlo desde aquí, me siento y abro la Coca Cola; silencio con todas sus letras, salud por estar soñando 15 días completos. Nos sacamos las fotos de rigor y volvemos al refugio Grey, personalmente con algo de melancolía por que aquí empieza el regreso a la vida real, aquí termino el viaje.
Ya en el refugio Pancho y Alfredo van a buscar agua, Sergio y yo nos dedicamos a buscar leña, me paseo recogiendo cuanto leño seco encuentro, me desagrada el estado de este lugar, nuevamente se repite el estado del refugio Los Cuernos; todo desperdigado, ropa, herramientas de construcción, cables, cajas de madera, basura, vasos plásticos, cañerías de PVC, flotando, en la arena, en los arboles, en rocas, etc. lo único que cambia es el concesionario del refugio que esta vez es Vértice Patagónia. Lleno de maderos una carretilla que me encontré entre tanta herramienta botada, camino con dificultad por la arena, la rueda de la carretilla no ayuda mucho, esta desinflada, cuando logro llegar a la entrada del refugio veo sangre en el suelo. -¿Que paso?, ¿Sergio te cortaste?-, -No, me salio sangre de narices- me contesto. Así se fue la tarde, llegaron los encargados del agua, cocimos la segunda papa. Durante la noche se nublo y comenzó a caer agua nieve, esa era la explicación del por el aire tibio de la noche anterior; viento de lluvia.
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